miércoles, 27 de enero de 2010

Y el responsable es EL?.

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Fue en este momento en que el pecado del hombre trajo por consecuencia la división entre Dios y el hombre. La desobediencia de Adán introdujo la muerte sobre el ser humano y maldición sobre la tierra. Apartarse de las indicaciones claras que Dios nos entrega trae consecuencias sobre nuestras vidas, las que necesariamente no son ejecutadas por Dios, el nos da libertad para elegir lo que hacemos en nuestras vidas, si obedecemos, tenemos su bendición y respaldo, pero si desobedecemos, tarde o temprano las consecuencias de nuestros actos nos alcanzan.

Es el caso de Adán, tras su desobediencia, comenzó a vivir las consecuencias, la separación de la mano de Dios, debía devolver a la tierra lo que de ella fue tomado en algún minuto, del polvo somos y a el volveremos, esto es la muerte del cuerpo, y la maldición sobre la tierra, la cual hoy en día sufre con dolores de parto la venida de Nuestro Señor Jesucristo.

Por cada uno de los desastres naturales que azotan al ser humano, acusamos como gran responsable a Dios, pero nos olvidamos rápidamente de lo que sucedió con Adán, en esta oportunidad la nación afectada resulta ser Haití, nación en la cual mas de la mitad de sus habitantes practican el Vudu, (fuente http://es.wikipedia.org/wiki/Haiti#Religi.C3.B3n), que en resumen es satanismo, adorando a cuanta imagen se les ponga por delante, ofreciendo sacrificios, y ejerciendo la magia negra. Sin dejar de mencionar las adopciones ilegales y prostitución infantil. Es difícil entonces, ante la desobediencia que manifiesta la nación contra la voz de Dios que dijo: No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

Si como hombres desobedecemos, traemos como consecuencia sobre nuestras vidas la separación con Dios, muerte y maldición de nuestra tierra, es el fuerte caso de Haití, en donde es tal la maldición que sufre su tierra, que gime con dolores de parto, por la necesidad de Jesucristo Nuestro Salvador. Es dificil entre tanta maldición en la que se encuentra sumergida su nación, escuchar la voz de Dios, el libro de Apocalipcis muestra el toque de las trompetas para advertir juicios sobre la tierra, confirmando la inmensa misericordia que de El emana para con nosotros su creación, y este es un gran trompetazo para la nación de Haití y un vivo ejemplo para nosotros los seres humanos, los sordos espirituales, que no logran escuchar la voz de Dios, y por ende trae consecuencias sobre nuestras vidas.

Antes de culpar a Dios sobre lo que ocurre, primero preocupémonos de estar a cuenta con El, todos sabemos de lo que somos capaces y los actos que hemos realizado en nuestras vidas, aún es tiempo, si nuestros oídos se encuentran cerrados, abramos nuestros ojos y veamos la salvación tan grande que Jesucristo en la cruz no presenta por delante y nos dice:

Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

Dios te Bendiga.

lunes, 16 de noviembre de 2009

La Voz de uno que clama en el desierto.

26 Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 27 Este es de quien está escrito:
He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz,
El cual preparará tu camino delante de ti.

Zacarias, sacerdote de la clase de Abías y su mujer Eizabeth de las hijas de Aaron, ambos eran justos delante de Dios, andaban irreprensibles en todos sus mandamientos y ordenanzas, pero no tenian hijo por que Elizabeth era esteríl, y veían dificíl que pudiesen tenerlo a causa de su avanzada edad.
Acontecio que mientras Zacarias ejercia el sacerdocio como era la costumbre, le toco ofrecer el incienso, y entrando en el santuario, un ángel del Señor se le apareció puesto en pie a la derecha del altar, y se turbó Zacarias, respondiendo el ángel dijo: no temas, pues tu oración ha sido oida, y tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Es así, como en interminables ocaciones vemos a nuestra alma reflejada en Zacarias y nuestra carne, representada en Elizabeth. Porque decirlo de esta menera, es sencillo.
En nuestra manera de conducirnos delante de Dios alcanzamos ser irreprensibles delante de él, guardando sus mandamientos y ordenanzas, pero no vemos los frutos de esto en nuestra relación con el resto de las personas, es mas, a causa de nuestro celo mal dirigido nos vemos afrentados ante ellos, intentando imponer lo que Dios nos enseña que es correcto, debiendo hacer empatia, anulamos lo que Dios quiere hacer, y todo lo que hubiese producido fruto termina esteril.
Se encontraba Zacarias según su orden ejerciendo el sacerdocio, y como era la costumbre debia ofrecer el incienso, repentinamente un ángel del Señor se le aparecio y le hablo sobre lo que vendría sobre su vida y la de su esposa, una clara imagen de como somos delante de Dios, reyes y sacerdotes por la gracia de nuestro Señor, y se ha vuelto costumbre presentarnos en el templo para ofrecer incienso, nuestras oraciones, en donde en inumerables ocaciones Dios al igual que lo hizo con Zacarias, nos entrega un mensaje para que cambie nuestra vida.
El alma y la carne estan ligadas desde nuestra formación en el vientre de nuestra madre, pero sin que la voz de Dios venga sobre nuestras vidas y de un giro a la serie de costumbre en las que nos hemos tranzado, nuestra carne seguira siendo esteril, Dios promete salir a nuestro encuentro si permanecemos fiel a lo que el nos mando, aún en medio de su afrentada vida, Zacarias se encontraba en donde debia estar, ejerciendo su sacerdocio en el templo presentando su incienso. Es el pago que Dios da, ante la perseverancia, sale a nuestro encuentro para darnos la mejor de las noticias, quitará nuestra afrenta delante de los hombres, y nuestra carne dejará de ser esteríl, el fruto que nacera de esta unión debe llevar por nombre Juan, y traernos gozo y alegría, y que muchos se regocijen de su nacimiento.
El producto del trabajo entre el alma y la carne luego de recibir la voz de Dios para ser dirigidos, trae como resultado, que esta unión conciba y de a luz a Juan, imagen del ser espiritual, el cual necesita que el alma y la carne se rindan y sean dirigidos por Dios para crecer, desarrolarse, fortalecerce y luego manifestarse según él lo necesite.
Este ser de el cual somos responsables, trae gozo y alegría a nuestra vida, muchos se regocijarán de su nacimiento, hará que muchos de los hombres se conviertan al Señor. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto, traera dirección.
No es algo sencillo, o posible de ocultar, cuando Dios viene a nuestras vidas, tiene un proposito inimaginable, sus beneficios no solo son para quien escucha la palabra, sino para todos los que podamos alcanzar, el hecho de que los demas también se recocijen en el nacimiento de Juan, es por que es el responsable de prepar el camino para El Señor, nuestro trabajo es cuidar de el, por que detras de él viene el regocijo, nuesto espíritu es importante para Dios, somo seres esclusivos, es por eso que cuando sale a nuestro encuentro nos llama por nuestros nombres, para llenarnos de su espíritu. Por el trabajo de Juan, muchos se convertirán a Dios, y su trabajo hará volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, prepara el Señor un pueblo bien dispuesto.
Llevamos en nuestro interior la voz de uno que clama en el desierto, el cual prepara el camino para que venga sobre nosotros nuestro Señor Jesucristo, es el quien clama Abba Padre.

domingo, 14 de junio de 2009

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová;

La importancia de la diadema sobre nuestra cabeza.

Es este lugar el centro de operaciones del cuerpo, desde donde se dirige cada uno de nuestros miembros y sentidos, desde donde comienzan a manifestarse nuestros mas intimos sentimientos, desde donde comienzan  a florecer sensaciones que en ocaciones resultan incontrolables probocando grandes desastres, uno de los mas grandes campos de investigación que la ciencia no ha podido aún descubrir, entender y tampoco responder.

Dios es el único capaz de dirigir y controlar nuestro cuerpo, conocedor de cada uno de los rincones de nuestro centro de operaciones, quien mejor para entender este miembro tan complejo y perfecto a su ves, que El Magnifico Creador. 

La razón por la cual la diadema se encuentra sobre nuestra cabeza, es para demostrar la constante permanencia de Dios sobre nosotros, su absoluta soberanía, control y cobertura, para que su salvación se encienda como antorcha, así hara brotar justicia y Alabanza delante de todas las naciones, IS 61:10 .

Para gozo en gran manera porque nos vistió con vestiduras de salvación, nos rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones. 

Es la manera en que Dios nos muestra que no estamos desamparados ni desolados, como por amor a nosotros no calla ni descansa, por lo que llevamos un nombre nuevo sobre nosotros para su gloria, de  esta manera somos corona y diadema del reino en su mano. Is 62.


La permanecia del espíritu Santo sobre los que  Dios necesita para realizar su obra.


Toda esta gran labor es realiza por el Espíritu Santo, representado en la diadema santa, el cual se encuentra sobre nuestra cabeza dirigiendo todo nuestro ser, a manera de freno en un caballo, para dirigir cada uno de nuestros movimientos. 

Sujeta a la frente se encuentra, trabajando hacia el interior y exterior. Llevando sobre nostros la hermosura de su Realeza y La Autoridad de su Santidad, recordando el pacto perpetuo, que llevamos por ser sus sacerdotes, para ser conocidos entre las naciones, para testimonio a ellos, y reconocerán que somos linaje bendito de Jehová. 


Cada vez que el hombre ha caminado de la mano de Dios su vida ha sido fructifera.  Es por eso que necesitamos ser dirigidos por él para que nuestras vidas y las de quienes nos rodean lleven mucho fruto. 

sábado, 6 de junio de 2009

Deja que Jesús te lave los pies!


Juan 13:1-17
y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?, respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: SI no te lavare, no tendrás parte conmigo.

Este hombre era muy protocolar e impulsivo en su manera de vivir, todo debía  ser de la forma que su parecer le indicaba, su rutina no podía ser alterada, no entendía como al maestro se le ocurrió la extraña idea de lavarles los pies en medio de la cena, celebrada a causa de la pascua, aquello que por muchos años recordaba su salida y liberación de Egipto, algo tan importante y que en ese momento, Jesús estaba interrumpiendo. Lo que el no lograba entender, a pesar de estos casi tres años, es que cada uno de los movimientos del Maestro, tenían un propósito que permanece para siempre, él buscaba conocer sus vidas, si bien, el hecho de lavar sus pies representaba una limpieza externa, él trabaja sanando el interior para luego cambiar el exterior. Quería conocer sus pasos, su andar, su entrar, su salir, y que mejor testigo que sus pies,  hablan de cada uno de los lugares en que habían estado, registraban las heridas y la suciedad adquirida por su cercanía con la tierra, el dolor, el cansancio que se presenta al peregrinar.
 
Que reconfortante es para los pies, luego de un largo camino recibir un buen lavado, trae refrigerio, descanso, frescura, pero sobre todas estas cosas, Jesús estaba rompiendo su rutina, alterando lo que para ellos resultaba tan importante. Pedro no comprendía lo que el hacia, por lo cual interrumpe la obra que él quería hacer en su vida, y declara: No me lavarás los pies jamás.
 
Constantemente interrumpimos la obra que Jesús quiere hacer en nuestras vidas, él actúa de la forma que menos esperamos, con el propósito de quebrar nuestras rutinarias vidas, saliendo a nuestro encuentro en innumerables ocasiones, en todas estas , hemos dado la respuesta de Pedro ante el constante ofrecimiento que él nos entrega, y nuestra actitud declara: lo que tu intentas hacer en mi vida, no lo harás jamas, no lo necesito, ignoramos su inagotable trabajo para quebrar el esquema en el cual nos encontramos esclavos, la manera en que dependemos de las circunstancias, para poder recibir alguna variación un cambio en nuestro diario vivir. El se hizo esclavo y entrego como tal su vida en la cruz, para que por medio de su muerte recibiésemos libertad.
Así como lo hizo con Pedro, continua Jesús y nos responde:
Si no te lavare, no tendrás parte conmigo en El Reino, ante esto digo: Señor, no solo los pies, sino mis manos y mi cabeza.Busca lavar nuestros pies para quitar la suciedad que llevamos por estar en contacto con la tierra, conocer y entender nuestras vidas, nuestras dolencias, nuestro andar, borrar nuestras penas, hacer brillar nuestras alegrías, y logros, para dirigir nuestro vivir, entrando en el Evangelio, que es novedad de vida, pero no termina en que lave nuestros pies, no es solo externo, no es algo superficial, siempre busca algo profundo, para todo tiene un propósito, no solo debemos aceptarle y dejar que lave nuestros pies, además nos hace participe de esta gran labor, no solo debemos preocuparnos de nuestro lavado, o nuestro caminar, así como nos dio su ejemplo lavando nuestros pies, debemos hacer entre nosotros, preocuparnos de los de nuestra casa, nuestros amigos, vecinos y con todo aquel que tengamos a la mano, enseñarles lo que él ha hecho con nosotros, él quiere salvación no solo para nosotros, esta interesado en todos los que se encuentran a nuestro alcance, no podemos hacernos a un lado, en esta gran labor que hoy se nos entrega, somos responsable de ello, debemos dar por gracia, aquello que por gracia hemos recibido. Debemos entender que Dios le dijo a Pedro, deja que te lave los pies, porque tengo un propósito contigo. Tengo un propósito para con tu familia, pero te necesito para llevar a cavo mi propósito para con este mundo, hemos sido escogidos por Dios para anunciar su salvación, ya no rehuses a lo que él tiene programado, permite que se involucre en tu vida, quítate las sandalias sobre las que hoy te sostienes, levanta la túnica que ciega tus ojos y cubre tu corazón para que el pueda ver lo que hay en su interior, deja que se involucre en tu intimidad, que ensanche tu vista, que expanda tus horizontes, no toma en cuenta tu pasado, no le importa tu condición, no importa si tus pies hieden, no importa cuantas veces has caído, o si te consideras el mas pecador de todos, el mas desgraciado, que no mereces salvación, refresca tu vida en su lavado y restáurate en su salvación.

Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón.Sl 95:7-8.

martes, 5 de mayo de 2009

¿Sobre que se encuentra fundada tu casa?

Mateo 7:24-27
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra
aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un
hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu
contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.



Como seres humanos nos confiamos en nuestra prudencia, somos sabios según nuestra opinión, vivimos nuestras vidas conforme pasa el tiempo preocupados por el pasado, presente y futuro, que día con día se hacen más inciertos. Nuestra mirada se encuentra confiada en las cosas terrenales y sin darnos cuenta, nos encontramos sumergidos en un poso de incertidumbres sin poder salir a flote, tratando de encontrar la solución de nuestros problemas, buscamos poder aferrarnos a alguien mirando a nuestro alrededor. Nuestra esperanza, definitivamente, se encuentra puesta en los hombres y no miramos hacia el cielo para buscar la ayuda de Dios.

Vivimos tiempos difíciles, al igual como en los días de Noe (Génesis 6:5), donde la maldad de los hombres se ha incrementado y que todo designio del corazón del hombre, es de continuo solamente al mal, es por esto que Dios tiene preparado un juicio sobre nuestra humanidad, pero también nos dio la opción de salir de el. Ignoramos que así como este mundo tuvo un principio, de la misma manera vendrá su fin, es en esta parte donde quiero que nos detengamos, mientras podemos hacerlo, y analicemos donde nos encontramos. El hombre prudente es aquel que oye la voz de Dios y la hace, el cual edificó su casa sobre la roca, puso no solo su vida, sino que la de toda su familia, bajo la indestructible y eterna protección de Dios y cuando vino destrucción repentina no cayó, porque estaba fundada sobre la roca, pero el hombre insensato, es aquel que no oye la vos de Dios advirtiéndole de la destrucción que se aproxima apresuradamente sobre su vida y la de toda su familia, este ignorando totalmente la voz de Dios, sigue el curso natural de su vida, fundando su casa sobre la arena, sobre su parecer, dejando a Dios completamente de lado, ignorando las advertencias y la ayuda que viene de él; entonces descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Dios nos entrega su palabra con el unico proposito de que recibamos beneficios, lo hace a lo largo de toda la historia, y aún no atendemos a su llamado, ha intentado en interminables formas, por ejemplo: predicadores en las calles, atraves de volantes, pero al parecer no es suficiente para que le aceptemos, aún falta la parte más importante de todas y esta es poner nuestra casa, nuestras vidas y las de todos quienes nos rodean sobre la roca.
Efesios 2:20-22, nos enseña que la roca, la piedra, el cimiento, es Jesucristo mismo, en quien toda nuestra casa, bien coordinada, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien todos nosotros, podemos juntamente ser edificados para morada de Dios en el Espíritu. Y todo aquel que no ponga a Jesús como fundamento en su vida Dios le llama insensato, ya que sufrirá la destrucción no solo de él, sino de toda su casa.
Mas ¿Qué dices?, cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que te predicamos: Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con tu boca confiesas para salvación.

Atendamos hoy que estamos a tiempo, a la voz de Dios, seamos prudentes y no endurezcamos nuestros corazones, edifiquemos nuestra casa sobre la roca, que es Jesucristo el justo y trae salvación sobre toda nuestra casa.


Ministerios Creele a Dios
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Fono: 459 22 60